Washington, 3 de diciembre de 2025.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó este martes que fuerzas militares estadounidenses llevaron a cabo un segundo ataque contra una embarcación identificada como presuntamente vinculada al narcotráfico venezolano, en un hecho que ha generado preocupación internacional y cuestionamientos legales.
Según declaraciones citadas por medios estadounidenses, Hegseth afirmó que la decisión se tomó en medio de la “niebla de la guerra”, negando haber observado sobrevivientes tras el primer ataque y asegurando que las fuerzas actuaron bajo protocolos operativos establecidos.
El incidente forma parte de la intensificación de las operaciones marítimas de Washington en el Caribe, enmarcadas dentro de esfuerzos para combatir las rutas de tráfico de drogas hacia territorio estadounidense. De acuerdo con fuentes militares, el primer ataque ocurrió semanas atrás cuando una embarcación fue detectada transportando cargamentos ilícitos. Tras el impacto inicial, reportes preliminares señalaron la posibilidad de que algunos tripulantes hubieran sobrevivido a la explosión.
La revelación de que existió un segundo bombardeo ha generado críticas de legisladores estadounidenses y organizaciones de derechos humanos, quienes han solicitado una investigación independiente para determinar si la acción podría constituir una violación a las leyes internacionales de conflicto armado.
En Caracas, el régimen chavista calificó la operación como una “masacre deliberada” y anunció que llevará el caso ante organismos internacionales de derechos humanos, incluyendo la ONU y la Corte Penal Internacional, argumentando que Estados Unidos ejecutó una acción militar “ilegal y desproporcionada” contra ciudadanos venezolanos.
El Departamento de Defensa, por su parte, sostiene que las decisiones operativas tomadas durante la misión fueron legales y necesarias para neutralizar una amenaza considerada de alto riesgo, y que la cadena de mando actuó dentro de los límites de la normativa militar vigente.
El Gobierno venezolano no ha emitido hasta ahora un pronunciamiento oficial sobre este nuevo ataque, aunque diplomáticos de la región han manifestado preocupación por la escalada de tensiones en aguas caribeñas.
El caso continúa bajo revisión en comités del Congreso de EE. UU., donde se espera que altos mandos militares presenten informes detallados en los próximos días.